Tirar 200 páginas a la basura 

Ser escritora es…

  • Sentir que la creatividad te desborda.
  • Estar escribiendo una historia y, al mismo tiempo, pensar en otra.
  • Despertarte a las tres de la mañana con una idea.
  • Aporrear el teclado a un ritmo frenético por miedo a olvidar lo que quieres escribir…

Pero también es:

  • Pasar días sin ganas de escribir.
  • Sentirte bloqueada.
  • Tirar a la basura una historia después de haber escrito 200 páginas, porque sientes que no va por buen camino.
  • Terminar una historia y empezar otra porque echas de menos escribir…

Ser escritora es sentir que tu mente no para. Que cualquier cosa puede convertirse en el protagonista de una historia, y cualquier momento vivido, en una novela.

Hace dos meses que no escribo. El 13 de abril puse punto final a mi nueva novela y, desde entonces, he estado trabajando en la propuesta editorial, buscando título (que, por cierto, ya tengo) y revisando los cambios de la correctora. En estos dos meses también he leído todo lo que no pude leer durante los tres que dediqué enteramente a la escritura. Y hoy me he dado cuenta de algo: echo de menos escribir. Hace días que tengo en mente una nueva historia, pero siento que, hasta que no termine la anterior por completo, no es prudente empezar un nuevo proyecto.

Hoy, con este sentimiento de añoranza recorriéndome el cuerpo, me doy cuenta de lo rápido que olvido lo que cuesta sacar adelante una novela:

  • Las horas picando teclas.
  • Los planes anulados.
  • La frustración de sentirse bloqueada y no saber por dónde tirar.
  • Los fragmentos borrados.
  • Las páginas eliminadas… Porque sí, soy de las que, si una historia no es lo suficientemente buena, no tiene miedo a tirar 200 páginas a la basura y empezar de cero. Porque eso es lo que me permite sentirme realmente satisfecha con una historia.

NO TENGAS MIEDO DE BORRAR LO QUE HAS ESCRITO SI SIENTES QUE NO VAS POR EL CAMINO CORRECTO.

—¿Y no aprovechas nada? ¿No puedes reescribirlo? —me preguntan a veces.
Y siempre respondo lo mismo: no. Reescribir me llevaría más tiempo que empezar desde cero, porque tendría que darle la vuelta a todo. Cuando descarto lo redactado es porque la historia ha dado un giro de 180 grados. Lo hago cuando siento que lo que he escrito no es lo que quería contar. Y por eso digo a borrar y no a reescribir. Al hacerlo, tengo claro por dónde no debo ir, y eso me ayuda a ver la historia con perspectiva.

Soy sincera: como escritora brújula, esto me pasa con cada historia que empiezo, y sé que me seguirá pasando. Al no planificar previamente la historia, necesito probar distintos caminos hasta encontrar el que quiero seguir. Sí, tiro de prueba y error, pero es lo que a mí me funciona. Y al final, llego exactamente donde quiero llegar. Logro esos plot twists que tanto me caracterizan, sorprendiéndome incluso a mí misma. Porque, claro, nada está planificado de antemano, y a veces ni yo sé lo que harán los personajes hasta que lo hacen.
Es un proceso un poco extraño, lo reconozco, pero es lo que a mí me funciona y lo que me desbloquea cuando me siento estancada.

Te cuento todo esto para animarte: no tengas miedo a borrar lo que has escrito. A desecharlo. A empezar de cero.
A veces es necesario. Y, al final, no es tiempo perdido, sino el nacimiento de una gran historia.

Por tanto:
¡NO TENGAS MIEDO A BORRAR LO QUE LLEVAS ESCRITO SI NO TE CONVENCE!

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *