La importancia de marcarse objetivos y una fecha, de focalizarse

Una de las preguntas que más me hacen es cómo consigo terminar las novelas que empiezo.

El otro día, en El Pròleg, el taller de escritura que conduzco en VUK Llibres, hablábamos justo de eso: de cómo continuar algo que se empieza, de cómo ponerle punto final a una historia cuando sientes que no va por buen camino, la dejas y comienzas otra que tampoco terminas. Mi respuesta fue sencilla: marcarse un objetivo. Una meta. Una fecha.

No hace falta tener una editorial detrás marcándonos el paso para acabar una historia. El ritmo nos lo marcamos nosotros mismos. Incluso si no tienes intención de publicarla, pero sí de escribirla porque es lo que te apetece, es importante fijarte una fecha. Solo así serás capaz de avanzar.

Con mi nueva novela me pasó. Protectores de Asgard. Ginnungagap la terminé en marzo de 2024. Al cabo de dos meses, con la publicación ya encarrilada, me entraron ganas de empezar esa historia que llevaba tanto tiempo rondándome la cabeza para escribir después de cerrar la saga. ¿El problema? Que no me fijé un hito, y eso hizo que no avanzara, que lo fuera postergando. Cada tarde me decía: “ya escribiré mañana, no pasa nada”, pero el mañana nunca llegaba. Así estuve de mayo a diciembre, hasta que me dije: “Ester, por aquí no. ¿Por qué lo postergas? ¿Qué temes? ¿Qué puede salir mal?”. Y entonces me marqué un objetivo: para el Celsius 2025, la novela debía estar terminada, revisada y corregida. Y así fue como lo conseguí.

¿Qué va a pasar con esta nueva novela? Todavía no lo sé, pero me siento orgullosa de haberla escrito, de haber sido capaz de soltar a los personajes de Protectores de Asgard, tan arraigados en mí, y de haber conocido a unos nuevos. A una nueva historia basada en leyendas de mi tierra, Cataluña, y de quererlos tanto como a los de mi saga vikinga.

Cuando puse el punto final, me sentí feliz. Feliz por haber cumplido mi objetivo, por haber tenido la fuerza de voluntad de levantarme cada día a las 5:30 h para escribir (y que ya se ha convertido en rutina). Feliz por haber escrito una historia completamente diferente a todo lo que había escrito antes. Feliz por haberme superado una vez más, por no abandonar, por haber sido tenaz y perseverante.

Escribir, para mí, no es solo una distracción, una forma de relajarme o de sentirme libre y yo misma. Escribir es mi vida. Y mi objetivo ya no es solo conseguir publicar con una gran editorial, sino mejorar cada día. Conseguir que cada historia sea mejor que la anterior.

Últimamente llevaba unos días sin escribir. Volví del Celsius con el “mood” lector activado y me he estado dedicando a eso. Hoy, al regresar de la oficina, iba a ponerme a leer, pero en cuanto he abierto el libro… lo he vuelto a cerrar. Hoy me apetecía escribir. Contaros cómo consigo que mis historias avancen, a pesar de que no siempre es fácil, y de que muchas páginas acaban en la papelera. Y eso solo pasa cuando me marco un objetivo real. Una meta que sé que puedo cumplir con el tiempo y el ritmo de vida que tengo. Porque lo más importante para evitar frustraciones es que esos objetivos sean realistas. Mejor alargar el plazo, aunque termines antes, que no al revés.

PD: Además de un objetivo o una meta, también es importante marcarse una rutina de escritura, ya sea en tiempo diario o en número de palabras.Espero que estos consejos de una escritora mindundi te sirvan de ayuda. 🙂

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *