
Gestión del tiempo: Rutinas para no procrastinar y llegar a todo
Es verano, julio para ser concretos, y hoy, en teoría, salimos de la ola de calor.
Estoy en el despacho, sentada en mi escritorio, con las persianas bajadas y a oscuras, con los auriculares puestos y en mi mundo, pensando en todo lo que me queda por hacer hoy y cómo afrontarlo.
La RUTINA y la ORGANIZACIÓN son mis mandamientos para poder abarcar todos mis proyectos, porque no solo me dedico a la escritura. Compagino un trabajo de 8 horas con la escritura, las redes sociales y proyectos personales que nada tienen que ver con los libros. Soy un culo inquieto, para qué negarlo. Siempre tengo que estar haciendo algo y metiéndome en diferentes jardines.
Por poneros un ejemplo: ayer fui al concierto de Imagine Dragons y llegué a casa a las 2:30 de la madrugada. A las 6:00 ha sonado el despertador y, sin ni siquiera remolonear, me he levantado, me he duchado, he puesto una lavadora, he ordenado la cocina, me he hecho un café, he leído mis webtoons, he tendido la lavadora y he barrido. A las 7:50 encendía el ordenador del trabajo y me ponía con mis tareas y gestiones hasta las 16:30, momento en el que he cambiado de ordenador… y aquí estoy.
Redactando este artículo sobre mi rutina, que seguramente os importe una mierda, pero que os cuento para que entendáis cómo de importante es la gestión del tiempo para llegar a todo y, sobre todo, NO PROCRASTINAR.
Una cosa que a todos nos encanta hacer, pero que es muy mala para nuestra salud mental.
Antes de nada…
¿Cuáles son tus objetivos? ¿Qué quieres conseguir? ¿Quién quieres ser?
Estas preguntas me las hago a mí misma cada día. Cada viernes agarro mi agenda en papel (digital no me funciona) y organizo mi semana. No solo planifico el trabajo de la empresa para la que trabajo, sino también mi tiempo personal. Además, por colores.
Lo planifico todo para adaptar mis rutinas según la agenda del día. Esto me permite:
- tiempo para escribir
- tiempo de ocio para socializar
- tiempo para cumplir los objetivos del trabajo
- tiempo para leer
- tiempo para redes sociales
- tiempo para organizar la casa (soy muy meticulosa con la limpieza y el orden por tema alergias)
- tiempo para participar en proyectos del pueblo…
¿Y no te agobia tanta rutina? ¿No te da ansiedad?
Esta pregunta me la hacen mucho, y siempre respondo lo mismo:
«No, porque sé encontrar un equilibrio y hacer que cada día sea diferente, a pesar de tener una rutina marcada y una planificación.»
Lo que hago es analizar día por día, es decir, ver qué tengo cada día y, en función de eso, me organizo.
Por ejemplo, las tardes que quedo para tomar un café con alguien, ese día no escribo ni hago nada que requiera concentración. Es una tarde de ocio para mí.
En cambio, las tardes que tengo libres, que termino de trabajar y no he quedado con nadie, las aprovecho para aislarme y avanzar en la novela.
Y evidentemente hay días en los que la rutina se va al garete, ya sea porque no tengo ganas, porque surge un imprevisto o porque simplemente me apetece hacer otra cosa.
Y eso está bien.
Esa flexibilidad es la que me permite sentirme tranquila y a gusto. Sé que hay personas que, cuando un día no pueden cumplir con lo planificado o controlar lo incontrolable, entran en estado de ansiedad o se sienten culpables.Pero no debería ser así.
La rutina no debe ser una obligación, sino un medio para conseguir aquello que anhelamos: marcarnos un objetivo y no desviarnos del camino hasta lograrlo.
Al final, es la que nos da la fuerza de voluntad para no abandonar proyectos a medias.
Por ejemplo, a mí lo que me frena es el caos. Hacer las cosas porque sí, sin pensar más allá ni en el propósito, me impide ser constante. Empiezo 10.000 proyectos y no termino ninguno.
Para mí, marcarme una rutina es tener un plan. Saber qué me espera ese día y, según avanza, ir abordándolo.
No soy inflexible ni sigo el planning a rajatabla, pero sí voy tachando tareas de la agenda.
Me gusta irme a dormir con todo fosforito.
No obstante, cada persona es un mundo. Y que a mí me funcione esto, no significa que a ti te funcione igual.
Al final, se trata de conocernos a nosotros mismos y encontrar nuestro propio modus operandi.
Y tú, ¿sigues alguna rutina? ¡Te leo! ✍️

